China ya no ofrece mano de obra tan barata

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Suben los costos en el gigante asiático

China ya no ofrece mano de obra tan barata


Sigue siendo "la fábrica del mundo", pero sus costos laborales se incrementarán por cambios recientes en la legislación
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HONG KONG.- El costo de la mano de obra en China va en aumento y subirá aun más a raíz de la entrada en vigor este mes de nuevas leyes de protección al trabajador. La aplicación de normas que obligan a las empresas a firmar contratos con sus trabajadores y prohíben los despidos sin indemnización hará a los salarios chinos menos competitivos que los de otros países manufactureros.

Aun así, China debe mantener su título de "fábrica del mundo", porque factores como el aumento de la productividad y las inversiones en infraestructura y educación contribuirán a contrarrestar el alza.

En los últimos años, las empresas locales y extranjeras que operan en China se enfrentaron al hecho de que el país ya no es una fuente inagotable de mano de obra barata. El aumento de la urbanización y la apertura de fabricas en el centro y el oeste del país ha empujado a los operarios a quedarse cerca de sus lugares de origen, con lo que resulta cada vez más difícil contratar y retener trabajadores en áreas como las provincias costeras de Guandong y Fujian.

Peor aún, muchos jóvenes que antes entrarían en el mercado de trabajo deciden ahora seguir estudiando una vez terminado el secundario, lo que ha causado un seria escasez de personal.

"Hace 20 años había reclutadores que salían por las zonas rurales a recoger trabajadores y los colocaban en fábricas en Shenzhen y Dongguan. Con el aumento de la prosperidad se ha vuelto más difícil y más caro reclutar, y algunos empresarios optan por instalarse o buscar proveedores en el interior, donde los costos son más bajos", sostuvo el estadounidense Cliff Rosenberg, director de Rosco Toys, firma que subcontrata la fabricación de juguetes que se distribuyen en Wal-Mart y Target en Estados Unidos.

Como consecuencia de la escasez de mano de obra y de la creciente demanda por trabajadores más calificados, la suba salarial en los centros manufactureros chinos ha sido sostenida. Una proyección de la consultora Hewitt Asociados prevé aumentos para operarios de alrededor de 10% este año. Los mayores incrementos se esperan en los sectores químico (9,5%), computación (9,2)%, maquinaria industrial (8,9%) y electrónicos (8,9 por ciento).

La nueva legislación laboral china afectará en gran medida a la industria del juguete, que ya venía golpeada por una crisis de confianza y podría producir el cierre de hasta 1000 fábricas sólo en la ciudad de Dongguan. Pero mientras algunos empresarios saldrán del mercado, otros se adaptarán a los cambios.

"Los juguetes representan el 1% de las exportaciones chinas, pero producen el 50% de los problemas, así que yo anticipo que muchos fabricantes cambiarán los juguetes por heladeras, electrónicos y hasta coches", dijo Cliff Rosenberg.

No son los salarios

Empresas latinoamericanas que producen en China también vienen sintiendo la presión no sólo del aumento de los salarios, sino de la eliminación de subsidios a las exportaciones y de la valorización del yuan.

"El costo laboral es 30% del costo total de nuestros productos cuando se fabrican en China; entonces, un incremento grande allí necesariamente se transferirá al precio que nos cobran los proveedores chinos", explicó Luis Alberto Botero, gerente general de Corona, líder en Colombia de productos para construcción y mejoramiento del hogar que también exporta a EE.UU. y otros países de América latina.

El ejecutivo cree que los fabricantes que utilizan empleo rural con menos salario y beneficios sociales pueden ver un aumento de hasta del doble en la remuneración a partir de la vigencia de la ley. Aun así, opina que otros factores siguen haciendo atractiva la opción china.

"Los clusters industriales juegan un papel muy importante en la competitividad de costos que logran los fabricantes, lo mismo que la disponibilidad de materias primas cercanas a las plantas. La ubicación también es fundamental, pues generalmente las fábricas están muy cerca de los puertos", contó Botero.

La productividad de los obreros es otro elemento que se señala en favor de la competitividad china. Con bajo nivel de sindicalización y la ética de trabajo que es común a muchos países de Asia, los chinos tienden a ser fáciles de liderar.

"Varios clientes que llevé a conocer las fabricas chinas de donde los proveo, se sorprendieron de la velocidad y destreza de los obreros en las máquinas -muchas veces antiguas- y las ganas de sacar adelante el trabajo. Esa eficiencia y consagración al trabajo es lo que Occidente no va a poder destronar fácilmente", advirtió el argentino Juan Carlos Tosi, dueño de la empresa Topquin Guangzhou, que se dedica a la importación, exportación y terminado de cueros.

Aunque estadísticas actualizadas y confiables son escasas, se estima que un buen salario para un trabajador manual en el sur de China está alrededor de los US$ 200 por mes. ¿Cómo se compara eso con América latina? El Consejo Empresarial Brasil-China hizo el cálculo y llegó a la conclusión de que en el año 2005 la remuneración en las provincias chinas ya era superior al salario mínimo de todos los países del Mercosur, Venezuela y México.

El mínimo en China en 2005 era de US$ 197,2, mientras que en la Argentina era de 188,3; en Paraguay, de 139,2; en México, de 133; en Brasil, de 116,3, y en Uruguay, de 81,5. Para el Consejo, la idea de que China es competitiva sólo desde el punto de vista salarial es una idea que hay que desmitificar.

"Si la mano de obra fuera el único atractivo de China los inversionistas no irían a ese país sino a India o a Indonesia, donde los salarios son más bajos. A Brasil y a la Argentina les gusta crear enemigos comerciales, cuando lo que necesitan es invertir en infraestructura y hacer reformas como la tributaria, que es urgentísima", dijo Rodrigo Maciel, secretario ejecutivo del Consejo.

La entidad señala a las cargas sociales en América latina como una de los obstáculos para que las exportaciones de la región puedan competir exitosamente con las de China y para que el continente pueda diversificar sus ventas más allá de las commodities.

"Más del 60% de lo que Brasil le vende a China es mineral de hierro y soja, pero según un estudio de oportunidades que hicimos, 30% de lo que China le compra al mundo es maquinaria. Hay un desbalance en nuestra lista de prioridades", explicó Maciel.

Este año, el mundo seguirá viendo la migración de la industria china de manufacturas ligeras a productos más sofisticados como electrónicos y coches, lo que sumado al crecimiento de la productividad laboral -superior al 6% en los últimos años- puede repercutir en las proyecciones de ventas externas de China.

Por Adriana La Rotta
Para LA NACION

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